Cuando el dolor ya es inválido,
cuando la memoria en nuestra principal enemiga,
cuando los recuerdos no vuelan por si solos...sino que se anclan en lo mas profundo,
y cuando intentamos no marearnos frente al abismo de vernos tal cual somos...
aparecen las huellas, aquellas que no se extinguen,
aquellas que perduran y lastiman a la vez,
aquellas que por instantes liberamos para protegernos...
o simplemente para convencernos de que esas marcas ya han sanado.